El 12 de octubre
Cuando éramos chicos nominaban esta fecha como el Día de la Raza. Hoy lo recuerdan como el Día de la resistencia de los pueblos originarios o bien Día de la diversidad cultural.
Todos estos nombres remiten a posturas ideológicas, respetables las dos últimas, deplorable la primera de ellas y la más instalada… ¿por qué?
Porque consigna un concepto que la modernidad usó y abusó para marcar la diferencia, para mostrar la superioridad del hombre europeo blanco sobre los demás pueblos que no son Europa.
Bajo esta doctrina liberal de superioridad racial, chinos, africanos, asiáticos en general, amerindios, fueron esclavizados con fines de explotación económica: fueron vendidos y comprados, parte del comercio de carne humana que dio pingües ganancias a los ingleses que invirtieron en barcos para transporte de inferiores. En el siglo XVII, cuando se acrecienta este comercio, el término esclavo, que hasta ese momento refería al pueblo vencido, cambia en menos de 50 años por el de negro.
Los siglos siguientes no mejoraron los padecimientos de estos diferentes, sometidos a trabajos con salarios de subsistencia, fuerzas de choque en guerras que no entendían, sin ningún tipo de derechos, ya que en el liberalismo reinante solo tenían derechos los propietarios.
Hoy (hace un tiempo ya) la investigación científica desmiente estas creencias tan asentadas en el imaginario colectivo y desconocen el concepto de raza como impropio y decadente.
Según el genetista Spencer Wells, antropólogo e investigador de National Geographic (Georgia, Estados Unidos, 1969), que dirige el Proyecto Genográfico, un ambicioso estudio que dio los primeros pasos en 2005 y que tiene como fin último construir un árbol genealógico para toda la humanidad, afirma Todos somos miembros de un clan familiar. El que en apariencia seamos tan distintos significa que hemos tenido que empezar a diferenciarnos hace mucho tiempo.
Los participantes del Proyecto del Genoma Humano en declaraciones sobre los avances de esta investigación internacional, afirman que sólo un 1% de nuestro código genético es distinto en cada etnia y es el que permite distinguirnos en lo superficial: cabellos, color de piel, ojos, estatura, etcétera: lo que se ve… el 99% restante es común a todos por igual…
Además, hasta donde pudo rastrear la investigación científica, todos descendemos de 10 cazadores-recolectores sobrevivientes de la Segunda Glaciación, situados en África. Entonces, ¿de qué raza se habla? ¿De la Humana?
Cristina Campagna