Este 12 de octubre nos ocurre la pandemia del Covid-19
Nuestra América está sumida en el dolor y la muerte, es cierto que es un padecimiento mundial, aunque la desigualdad, la indigencia, la pobreza ante esta pandemia pegan más fuerte
Muertos insepultos en las calles y fosas comunes, parece que ya no importan
Son los pobres, no se pierde mucho, son números. Los famosos, los ricos salen en diarios y revistas con la enfermedad como crónica insólita, extravagante
Alguien muy querido que sabe mucho de esto, me dijo hace unos días si sos rico te salvas…
Todos somos vulnerables, el virus no discrimina, pero la vulnerabilidad es asimétrica en la forma de sufrir y de morir…
Nuestra América originaria, negra, mestiza, migrante, blanca está padeciendo, aunque el egoísmo parece crecer, la sentimos surgiendo, resurgiendo solidaria en las bases mismas de esa desigualdad que duele y mucho…
Es la hora de los pueblos, silenciosa, inquebrantable, con la oscuridad propia de la lucha que siente el amor a la tierra, a su tierra saqueada
Es la hora de los pueblos, es la esperanza que no se doblega, es la esperanza que anima a seguir en la búsqueda de caminos de redención.
Es la hora de los pueblos, es la fraternidad que surge de abajo, esa fraternidad que está presente en cada hermano/a que sufre
Es la hora de los pueblos, es la unidad en la diversidad, es el reconocimiento del Otro como mi hermano
Cristina Campagna 12/10/2020