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Coronavirus: vivir en la incertidumbre

¿Hacia dónde vamos? Es la pregunta que hoy nadie puede responder con evidencia, la incertidumbre reina

Está todo dado vuelta, no hay seguridades… en especial en aquellos que se creían seguros… desde el confort, desde la pertenencia a un sector social que se creía a salvo… ¿de qué? a salvo no más de todo

Nos hablaban no hace mucho, de la necesidad de vivir en la incertidumbre, esa afirmación era para los “muchos”, para los “nadies”, los demás, los menos, no corrían esa perplejidad, tenían seguridades…

Tampoco creo que el alcance de la incertidumbre actual, es esa proclama postmoderna que señalaba la ruptura de modelos

Es una incertidumbre radical, que se nos impone sin tapujos, sin vuelta atrás

Es la incertidumbre que nos enfrenta de modo inesperado, a nuestra finitud

Pero no la finitud posible, sino la finitud existente, podemos morir ya

¿Cómo enfrentarla? 

La mayor dificultad de esta pandemia es que encierra un problema ético, mucho se proclama, pero poco se consiente con respecto a lo ético

El neoliberalismo instaló de manera convincente un modo de relación con los otros de indiferencia y/o peligro

Sturla Stalsett (Universidad de Oslo) distingue dos dimensiones de lo ético: el de ética como búsqueda de la buena conducta del ser humano, y ética como la buena vida, o la buena sociedad.

En la primera dimensión se pone el acento en la calidad ético-moral de los procedimientos, refiere a destacar si esta o aquella actividad es buena, honesta, transparente, etcétera. las sociedades actuales precisan agentes públicos y privados con principios morales.

La segunda dimensión es complementaria a la anterior, pues es necesario que las metas y las reglas sean las correctas, ya que comprende la calidad ética fundamental de las metas y la sustancia y legitimidad de las reglas.  

Este autor propone tres valores éticos fundamentales en el mundo globalizado: la vulnerabilidad, la dignidad y la justicia.

¿Por qué considera la vulnerabilidad un valor ético? Porque todos en un mundo global comparten la vulnerabilidad en tanto el calentamiento global, la contaminación, las crisis financieras, las epidemias, etcétera; pero también la vulnerabilidad es asimétrica, porque no afecta a todos del mismo modo. En este ahora con la pandemia nadie duda de la vulnerabilidad propia y ajena

Esta vulnerabilidad compartida pero asimétrica lleva a asumir la responsabilidad de hacerse cargo, hacerle frente como tarea personal y colectiva. Por eso para este autor lo ético es la vulnerabilidad reconocida y asumida (Cfr. Stalsett, 2005).

La dignidad como requerimiento mínimo y criterio de juicio es un proceso de desarrollo, pues la pobreza no es sólo privación de recursos sino también privación de capacidades para hacer realidad las metas… La sociedad buena en el sentido ético es una sociedad en la cual todos los seres humanos que la integran reconocen, respetan y realizan mutuamente su dignidad humana.

La justicia es la demanda prioritaria y el horizonte último del desarrollo en un mundo globalizado,porque se hace necesario que se cumplan las leyes consideradas justas para que se observe el derecho a la vida digna de todas las personas de la comunidad (Cfr. Stalsett, 2005).

Por todo ello, revertir la actitud hiper-individualista es considerar que el Otro se convierte en un peligro, en un arma letal, si descuida al semejante, si no tiene una actitud de dignidad y cuidado hacia el prójimo, tanto al cercano, como al lejano 

Difícil, muy difícil, dar uno la vuelta hacia un paradigma donde la solidaridad es el imperativo.

No son suficientes los mensajes gubernamentales y los esfuerzos por limar las diferencias abismales entre los que habitamos la Argentina, debemos, estamos obligados a pensar-nos hermanos, compañeros, próximos

Estamos impelidos a reflexionar desde lo ético, despojándonos de nuestras miserias más profundamente arraigadas. El Otro nos necesita y necesitamos al Otro cuidado, sano, sin necesidades urgentes, está en todos y cada uno de nosotros el deber, la urgencia del cuidado, que en el fondo es un acto de amor hacia uno y hacia los demás

Me permito recordar a Perón para seguir pensando desde el imperativo ético de la solidaridad: Quien no lucha contra el enemigo ni por la causa del pueblo, es un traidor; quien lucha contra el enemigo y por la causa del pueblo, es un compañero; y quien lucha contra un compañero, es un enemigo o traidor”. “El hombre no vence al tiempo; lo único que puede vencer al tiempo es la organización”.

Cristina Campagna 30/03/2020